En primer lugar, no dañes el vestido de la novia. Parece imposible, pero muchas bodas, incluso las famosas, se arruinan así, con un invitado torpe que derrama amarone o salsa de langosta donde no debe estar, o pisotea el encaje de cuadros vichy del viejo velo que perteneció al tatarabuelo. -abuela tirando todo hacia abajo. La novia (o el novio, si se viste con ropa ligera), muchas veces exhausta, frente a la mancha en el vestido soñado podría colapsar, y toda la ceremonia saldrá mal.
Se puede hablar de ti en la familia durante generaciones, así que cuando estés en una boda, muévete con calma, aléjate del blanco y el tomate, y tal vez rechace la oferta del décimo champán.
Pero estos son casos extremos, como la pesadilla de un «no» en el altar, o la ausencia de uno de los cónyuges, cosas que solo se pueden resolver en el cine. Esto nunca sucede, la etiqueta prevé un silencio participativo: no decir absolutamente nada y tratar de despedirse lo antes posible con un abrazo, sin quitar el regalo (se lo devolverán discretamente en los días siguientes con una palabra).
Para eventos menos sensacionales, las reglas son simples, pero no triviales y muy importantes. aquí está etiqueta de la boda, 7 consejos de la sociedad inglesa Debrett, Los principales expertos del Reino Unido en casas reales y agradable para comportarse damas y caballeros.
- Nunca llegues tarde a RSVP
- Respeta el +1 (y cuidado con los niños)
- La carretera, las habitaciones: cuidarse como consigna
- No abras este micrófono.
- Respeta el código de vestimenta (nuevo: incluso el crema y el marfil son blancos)
- La regla del regalo
- No hay chismes en vivo sobre la ceremonia.
1. Nunca llegues tarde a RSVP
Querías responder de inmediato, luego la hermosa tarjeta terminó en algún lado… y el tiempo pasó volando. Se acepta la invitación a una boda, por escrito (¡bueno, por correo!), dentro de las dos semanas de la llegada. A partir de este momento no es posible cancelar, excepto en casos muy graves: tienes un compromiso, no se espera cancelarlo por nimiedades o por pereza.
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