En la región española de Castilla y León, una de las regiones menos pobladas de Europa, el acceso a servicios esenciales puede ser problemático. Josefa Fernández reservó un viaje en autobús desde Olivares de Duero, para recorrer los 25 kilómetros hasta el centro de salud más cercano. De hecho, no existe ningún servicio regular de autobús que conecte su pueblo de 300 habitantes con la capital del distrito.

Pero gracias a los servicios de transporte a pedido, estas comunidades rurales han encontrado una solución innovadora al problema. «Estoy muy contenta – dice Josefa -. Vienen a recogernos a las 11:30 y nos llevan de vuelta a Olivares. Funciona muy bien. Lo llevo siempre para ir al centro de salud».

Los clientes pueden reservar su viaje por teléfono o online. Estos servicios a pedido no solo son convenientes: son una herramienta esencial para garantizar que los servicios esenciales sigan siendo accesibles para todos, independientemente de dónde vivan.

En zonas despobladas como ésta, el transporte público es fundamental para permitir a los ciudadanos hacer cosas básicas como sacar dinero de un cajero automático o incluso ir al supermercado. Castilla y León tiene una densidad de población de sólo 25 habitantes por kilómetro cuadrado. El 90% de la gente vive en pueblos de menos de mil habitantes.

Con recursos limitados y pocos pasajeros, la Consejería de Transportes regional se ha centrado en los autobuses bajo demanda: a diferencia de los convencionales, siguen rutas variables, evitando paradas innecesarias. “Podemos llegar a más lugares a un menor coste – afirma María González Corral, consejera de movilidad de la región -. Esto es ventajoso para el medio ambiente, porque si no recorremos kilómetros innecesarios, las emisiones son menores”.

El Gobierno regional introdujo este servicio hace 18 años y desde entonces ha llamado la atención de otras regiones, dentro y fuera de España, que buscan medios de transporte más eficientes.