En el Consejo Europeo del 26 y 27 de octubre, los líderes de la Unión Europea discutirán el llamado a «pausas» humanitarias en la guerra entre Israel y Hamas y el apoyo militar a Ucrania. El bloque de 27 países está dividido entre estados más pro palestinos (como Irlanda y España) y partidarios acérrimos de Israel, incluidos Alemania y Austria. Por lo tanto, la Unión intentará encontrar una posición común sobre el conflicto, mientras crecen las divisiones en torno a Ucrania.
Hubo una fuerte condena del ataque de Hamas, que según Israel mató al menos a 1.400 personas y tomó a más de 200 rehenes. Pero ha habido menos consenso sobre los llamados a detener los bombardeos de represalia de Israel contra Gaza, que según el Ministerio de Salud dirigido por Hamas han matado a más personas. más de 6.500 personas. Tras días de negociaciones, los últimos borradores de declaraciones para la cumbre, consultados por la AFP, piden «corredores y pausas humanitarias».
Una versión anterior incluía la frase «una pausa humanitaria» para permitir que la ayuda llegara a los civiles en Gaza. Esta declaración, que aún podría cambiar cuando los líderes se reúnan en Bruselas, está muy por debajo de los llamamientos de la ONU a un “alto el fuego”.
Alemania había argumentado que el llamado debería ser abrir «ventanas» o «pausas» humanitarias en plural, para no interferir demasiado en las decisiones de Israel. “Las letras, las comas, el idioma importan y así es como se llegan a los acuerdos”, dijo un alto funcionario de la Unión Europea.
Pero los diplomáticos de algunos estados de la Unión Europea han expresado su preocupación de que los retrasos en encontrar las palabras adecuadas, a medida que aumenta el número de víctimas, estén dañando a la Unión y haciéndola menos efectiva para enfrentar la evolución del conflicto.
La atención de Europa y Estados Unidos está centrada en Oriente Medio, pero muchos temen que se esté descuidando el conflicto en Ucrania, que entra en su vigésimo mes de guerra.
Esta nueva crisis llega en un momento en que las divisiones dentro del Congreso estadounidense plantean dudas sobre la sostenibilidad de la ayuda militar de Washington. El canciller alemán, Olaf Scholz, prometió que “el apoyo no se verá afectado de ninguna manera por el hecho de que, por supuesto, desde las horribles horas de la mañana del 7 de octubre, nos hayamos centrado en Israel y Oriente Medio”.
Entre las medidas de la Unión Europea destinadas a tranquilizar a Kiev se encuentra un proyecto –estimado anteriormente en veinte mil millones de euros en cuatro años– de un fondo de defensa para Ucrania. Los diplomáticos dicen que el progreso se ha visto obstaculizado por Hungría, el aliado más cercano de Rusia entre los 27 países, y se espera que los líderes encarguen al jefe de política exterior del bloque que informe sobre el tema en diciembre.
También pedirá que se impongan nuevas sanciones a Moscú, que podrían incluir una prohibición de la importación de diamantes rusos, una vez que el G7 acuerde una forma de rastrearlos. Además, se discutirá un plan para utilizar los ingresos de los activos rusos congelados para ayudar a Ucrania.
El debate sobre Ucrania se centrará en los próximos pasos del país hacia su membresía en la Unión Europea. El 8 de noviembre el poder ejecutivo de la unión deberá pronunciarse sobre si es necesario iniciar negociaciones formales de adhesión con Kiev. Luego dependerá de los líderes de la Unión Europea decidir si adoptan las recomendaciones antes de fin de año.
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