El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) está constantemente inmerso en difíciles negociaciones para permitir que el presidente del gobierno saliente, Pedro Sánchez, para reconfirmarse al frente del país antes del 27 de noviembre, fecha límite para la investidura antes de la disolución automática de las Cámaras. Según fuentes periodísticas, la fecha elegida para las dos jornadas de debate en el Congreso de los Diputados podría fijarse entre el 8 y el 9 de noviembre o entre el 9 y el 10 de noviembre. Sin embargo, el escenario de una tercera ejecutiva de Sánchez no puede materializarse sólo en el caso de acuerdo. con Unidas por Cataluña (JxCat) Carlos Puigdemont.
El expresidente catalán, auténtico equilibrio de poder, pretende utilizar todo el peso a su alcance para entregar a Sánchez los votos fundamentales de sus siete diputados. Si ayer las negociaciones entre Puigdemont y el secretario de la organización socialista, Santos Cerdán, parecían encaminarse hacia un resultado positivo, durante las discusiones aparecieron «divergencias» que afectan a «elementos esenciales» del texto sobre la ley de amnistía a favor de los separatistas implicados en el juicio del referéndum ilegal de 2017. En concreto, fuentes de JxCat acusaron al PSOE de intentar introducir cambios en cuestiones jurídicas que consideran «fundamentales». Los contactos, en cualquier caso, siguen siendo estrechos incluso hoy y, según fuentes socialistas consultadas por varios medios españoles, no se descarta que ciertas «divergencias» puedan superarse en las próximas horas.
Por otro lado, ayer los socialistas alcanzaron un acuerdo fundamental con Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), aunque los militantes del partido ahora deben aprobar el acuerdo en una consulta. Además de la concesión de la amnistía, uno de los puntos principales (y discutidos) del acuerdo es la condonación de una deuda de 15.000 millones de euros (20 por ciento de la deuda total) contraída con el Estado a través del Fondo de Liquidez Autónomo (Fla). Gracias a la condonación de la deuda, también será posible ahorrar a las arcas catalanas 1.300 millones de euros adicionales en los próximos años, correspondientes al pago de intereses al Estado. Sin embargo, el PSOE aclaró que este acuerdo se extenderá a todas las regiones que tuvieron que recurrir a la financiación de la FLA. La suma de 15.000 millones de euros pretende compensar, según el documento firmado, «el impacto negativo del ciclo económico y las transferencias también podrían utilizarse para cancelar deudas en caso de endeudamiento con terceros distintos del Estado, si fuera necesario» . .
Cataluña es la región más endeudada de España, con 73.110 millones de euros sólo del fondo de financiación regional; Le siguen la Comunidad Valenciana con 48.300 millones de euros, Andalucía (25.400 millones) y Castilla-La Mancha (11.000 millones). Otro punto importante del acuerdo entre el PSOE y ERC es el traspaso total de la gestión de los ferrocarriles locales (Rodalies) al gobierno catalán que se hará «de forma paulatina».
La concesión deamnistía a los separatistas catalanes y la cancelación de 15 mil millones de euros de la deuda catalana provocaron una fuerte reacción de los partidos de la oposición. El Partido Popular advirtió que los españoles «pagarán con sus impuestos las concesiones de Sánchez», «hipotecando» la igualdad de los ciudadanos en el acceso a los servicios públicos. Por tanto, las negociaciones del líder socialista deberían desarrollarse de forma “multilateral” con la participación de todas las regiones y en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF).
En referencia a la amnistía, el líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, acusó en varias ocasiones al jefe del Ejecutivo de haber llevado al país «al borde del precipicio constitucional», porque transformará la El Tribunal Supremo español se convertirá en un “represor” y “legitimará el discurso independentista”. Para el partido conservador, todo esto no se hace para «la concordia y la pacificación», sino sólo para permitir que el Primer Ministro «permanezca en el poder».
Para los socialistas fue decididamente más fácil concluir un acuerdo de coalición con el Plataforma Sumar de la ministra de Trabajo saliente, Yolanda Díaz, aunque tuvieron que incluir en el acuerdo uno de los puntos esenciales de su programa electoral: la reducción de la semana laboral a 37,5 horas en 2024 sin reducción de salario. El portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, aclaró que esta reducción se conseguirá en el marco del «diálogo con los interlocutores sociales» y debería llegar a un umbral de 35 o 32 horas semanales en los próximos años. En varias ocasiones, la plataforma de izquierda destacó que era «perfectamente compatible» reducir la jornada laboral, mantener los salarios y al mismo tiempo aumentar el salario mínimo, otra de las medidas incluidas en el acuerdo con el PSOE.
El documento firmado también indica, entre otras medidas: la ampliación de las bajas retribuidas por parto, el refuerzo del sistema sanitario público y una reforma fiscal «justa» que exija a bancos y empresas energéticas contribuir al gasto público.
Si el acuerdo con Sumar primero, luego con ERC parecía haber «abierto» el camino hacia la Moncloa (sede de la presidencia del Gobierno), a Sánchez todavía le queda «escalar la roca» de Puigdemont, en una negociación que desde el principio promete ser el más espinoso para los socialistas, también y sobre todo por la delicada cuestión de la amnistía y las posibles peticiones posteriores de los separatistas. El presidente del Gobierno saliente es consciente de que se juega parte de su credibilidad política por su capacidad para encontrar un acuerdo equilibrado con las siglas catalanas, sin sacudir las bases institucionales del país.
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