Bella por fuera, muchas veces indescifrable por dentro. No queremos emitir un juicio demasiado duro, pero muchos de los pabellones que se vieron en Expo Dubai nos dejaron esta impresión.
Seamos claros: no queremos decir que falte el contenido, todo lo contrario. En todo caso, a veces hay incluso demasiados. Sin embargo, sin una guía, a menudo es difícil captar el significado o comprender completamente el resultado tecnológico e innovador, que está en el corazón de esta Exposición Universal, titulada «Conectando Mentes, Creando el Futuro». Futuro), dividido en el macro -temas Sostenibilidad, Movilidad y Oportunidad.
como tarros de tomates
No sabemos, por ejemplo, por qué en el pabellón de Estados Unidos nos hacen subir a una especie de cinta transportadora a la entrada, como si fuéramos tarros de tomates para llenar y entregar, y así recorrer todo el recorrido. de la exposición, en definitiva poco atractiva y un poco kitsch, al menos hasta la última sala, sumamente escenográfica.
Experiencias inmersivas
El contenido del Pabellón Holandés tampoco es inmediato, pero ofrece una experiencia inmersiva que definitivamente vale la pena probar, digna de una Bienal de Arte. A la entrada nos dan un paraguas que sólo abriremos en el salón central, mientras desde la azotea de una especie de antigua fábrica o desván llueven las imágenes proyectadas sobre los paraguas. Los pabellones de Nueva Zelanda y Singapur también se basan en la emoción del recorrido de la exposición y, por lo tanto, en la implicación inmediata del visitante.
Este último, en particular, nos atrajo por su arquitectura verde. Un gran jardín vertical (y horizontal) que pretende contar la historia del ingenio y las tecnologías necesarias para la reforestación del planeta, pero que para nosotros fue sobre todo un oasis regenerador en el calor infernal de Dubái, dos espejos de agua sobre los que flotan pequeños botes y hamacas en las que se invita a los visitantes a remojarse los pies (una experiencia que preferimos evitar, sin embargo).
desierto y tecnologia
Desde los jardines paradisíacos de Singapur hasta las arenas del desierto de los Emiratos Árabes Unidos, cuyo enorme pabellón es uno de los más populares (después de todo, se juega en casa). Si logras ignorar la intención auto-celebrativa del proyecto, puedes apreciar la mezcla entre elementos digitales y el uso de materiales reales, como la arena que recrea las dunas del desierto.
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