Malas noticias desde España para Giorgia Meloni. La derecha posfranquista de Vox -desde la plataforma desde la que el Primer Ministro italiano pronunció el famoso discurso «Mi nombre es Giorgia, soy madre, soy cristiana»- sufrió una caída decisiva en términos de votos, imposible formar una mayoría entre el Partido Popular y la derechaque debería haber excluido a los socialistas del primer ministro saliente Sánchez. El de España fue una prueba fundamental para las ambiciones europeas de la derecha, que quisiera reproducir el mismo patrón en Bruselas. La votación de Madrid es una ducha fría para los autoproclamados “patriotas”, que corre el riesgo de repetirse en octubre con las elecciones en Polonia. Para Meloni y Fratelli d’Italia, la votación en España representó un paso importante en el camino hacia inversión del equilibrio europeo, pero el “modelo italiano” no arraiga. Y ahora, el PPE lo pensará detenidamente antes de interesarse por los grupos conservadores.
¿Sánchez presidente otra vez?
El Partido Popular ganó las elecciones, pero lejos de la mayoría absoluta y muy por debajo de las expectativas que tenía desde su victoria en las elecciones municipales y regionales. El PSOE, por su parte, resistió mostrando una gran fortaleza e incluso mejorando el resultado obtenido hace cuatro años. Aunque Alberto Núñez Feijóo ganó las elecciones, Pedro Sánchez podría volver a gobernar formar una nueva alianza contando con la abstención de Junts, la coalición de Carles Puigdemont.
La distancia entre los dos mejores equipos del país es de sólo 14 escaños. El Partido Popular obtuvo 136 diputados, 47 más que hace cuatro años, cuando el líder del grupo era Pablo Casado. Los socialistas, por su parte, lograron ahuyentar el fantasma del colapso que auguraban la mayoría de las encuestas y sumaron dos diputados a los 120 obtenidos en 2019. El escenario político que se abre hoy es muy incierto – escribe El Mundo – Las dos derechas El PP y las formaciones del ala Vox tienen 169 escaños y están a siete escaños de obtener la mayoría absoluta. Feijóo, haciendo un esfuerzo de negociación, podría sumar dos diputados más a su cuenta con el escaño conseguido por la Unión del Pueblo Navarro y, con mucho más esfuerzo, el conseguido por Coalición Canaria.
Esto último sería particularmente difícil porque este grupo siempre ha dicho que no apoyaría un gobierno en el que estuviera Vox. El tándem de izquierdas -PSOE y Sumar- obtuvo 153 diputados, dos menos que los que sumaron PSOE y Unidas Podemos durante esta legislatura. Sin embargo, con todos los partidos del llamado “bloque de nominación de Sánchez” combinados, alcanzaría 172 escaños, uno más que el bloque de derecha. Que, en comparación con Italia, carece de un componente autonomista. En Italia es la Liga, en España está dividida en grupos más bien de izquierdas y, en cualquier caso, fuertemente antifranquistas.
Un duro golpe para el proyecto conservador
El resultado español es, por tanto, un shock para el intento italiano de reproducir el eje entre lo popular y lo nacionalista en Europa: con una parada primero en Madrid y luego en el corazón de las instituciones europeas, un año después. la votación de junio de 2024. Con el riesgo de que el patrón se repita en otoño en Polonia, donde Meloni apoya a su amigo Mateusz Morawiecki contra el ex presidente del Consejo Europeo y miembro del Partido Popular Europeo Donald Tusk. Lo cierto es que el buen resultado de las elecciones españolas constituye la piedra angular de la estrategia de Meloni de cara a las elecciones europeas de 2024: La alianza Popolari-Vox debería haber abierto las puertas a la alianza entre el PPE y el ECR (Conservadores) en Europa. Una vez que el primero falla, el desafío para el segundo es bastante difícil.
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