Hace unas semanas causó sensación la noticia del presidente de España, Pedro Sánchez, de que ha decidido prohibir -con una ley especial- el desperdicio de alimentos: a partir de 2023, las medianas y grandes empresas se verán «obligadas» a transformar las verduras y frutas invendibles en mermelada o jugo. Mientras que los restaurantes estarán obligados a equiparse con el “Doggy bag”; mientras que 1.300 toneladas de alimentos -o 31 kg per cápita- son desperdiciados por los ciudadanos cada año. Multas muy elevadas a los infractores: hasta 500.000 euros. En concreto y para facilitar el cambio de mentalidades, España ha decidido favorecer las líneas de venta de productos “feos, imperfectos o antiestéticos”, ya que parte de las 1.300 toneladas de comida desperdiciada proviene también de imperfecciones alimentarias. Además, considere ofrecer productos de temporada, locales y orgánicos en los estantes, educando en la comprensión de los tres términos.
Los productos que siguen ciclos naturales verdaderos sin el uso de diluyentes, pesticidas y varios auxiliares químicos no son «perfectos», pero cualquier cosa que parezca poco atractiva es en realidad mucho más natural y saludable. ¿Y en Umbría? Incluso en nuestra hermosa región podemos hacer algo: la iniciativa «Dry», lanzada en 2020, con el apoyo de la Cámara de Comercio de Umbría, por Cibo Matto, una empresa del sector alimentario con sede en Castiglione del lago, ya es una realidad (Pág. ) para la valorización de excedentes de producción en el sector agroalimentario. En concreto, las hortalizas ecológicas, producidas en exceso por pequeños productores locales en épocas punta, se deshidratan mediante horno solar, lo que permite un secado de calidad con un gran ahorro energético. Después del secado, se preparan nuevos productos: principalmente mezclas listas para usar para condimentar entrantes, sopas, etc., logrando así preservar materiales que de otra manera no habrían encontrado su lugar como alimentos.
Una cita que no debe perderse. Otra gran joya que reserva nuestro territorio es el «Edible Planet Summit»: del 16 al 19 de septiembre, Umbría será protagonista de la innovación alimentaria: 150 delegados de todo el mundo se reunirán entre Todi y Perugia para diseñar un nuevo sistema alimentario sostenible. . Los temas a cubrir serán: producción sostenible de alimentos, desperdicio de alimentos, pérdida de biodiversidad, cambio climático; pero también innovación AgTech, nuevos sistemas agrícolas, ingredientes y productos alternativos, salud y nutrición, renovación de políticas y sistemas alimentarios circulares. Es una reunión global con temas de alimentos diseñada por Sharon Cittone, fundadora y directora ejecutiva de Edible Planet Ventures, la plataforma holística donde los actores de la cadena alimentaria global pueden compartir conocimientos, recursos y mejores prácticas.
L’initiative sera basée à Todi et Pérouse mais touchera l’ensemble de l’Ombrie, à la fois pour l’implication des acteurs agroalimentaires locaux, et à travers une série de visites qui seront proposées aux hôtes dans les principales réalités productives de la región. También llamado «retiro regenerativo», The Edible Planet Summits promete ser un evento muy pragmático, durante el cual los participantes participarán en un mosaico de reuniones individuales, actividades de codiseño, talleres, experiencias inmersivas y trabajo en red. . De hecho, los grupos de trabajo se organizarán divididos por temas. La comparación será directa y tratarán de identificar soluciones a problemas concretos. Luego se realizará una comparación entre las tablas, para evitar tener una visión compartimentada. Finalmente, estará el trabajo de síntesis con la creación de la Carta del Planeta Comestible, que no es un manifiesto de ideas, sino un documento de acciones concretas para todos los actores de la cadena de suministro para desencadenar cambios a más largo plazo con estas intervenciones.
¿Y en Italia? A nivel nacional, la única buena práctica actualmente vigente es la implementada por la Ley no. 166 del 14 de septiembre de 2016, la llamada norma “anti-residuos”, cuyo primer signatario fue la Honorable Maria Chiara Gadda. Una ley que, a diferencia de España, se centra casi todo en la educación alimentaria en los colegios y en campañas de comunicación dirigidas, incluyendo, entre otras cosas, la reducción del impuesto a los residuos para quienes donen alimentos y el fomento de la retirada de los restos de los clientes en los restaurantes. .
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