El proyecto continúa con gran impulso. El presidente de la Comisión Paralímpica de la Unión Europea de Tenis de Mesa, Alessandro Arcigli, ha luchado desde su toma de posesión por la introducción de eventos que ayuden al crecimiento del movimiento juvenil continental. Una de sus propuestas fue la organización del primer curso para menores de 23 años, que se celebró el año pasado en Lasko.

La iniciativa tuvo un gran éxito y doce meses después, del 12 al 17 de diciembre, la Bella Italia Village de Lignano Sabbiadoro, sede del Centro Técnico Paralímpico, donde la selección nacional entrena diariamente, acogerá la segunda edición.

Los británicos Daniel Mead, Josh Hill y Joseph Crouse, los letones Valters Vois, el finlandés Aaro Makela, el austriaco Noah Rainer, el portugués Mario Bastardo, los españoles Alejandro Diaz, Iker Gonzalez y Marlon Lopez, el holandés Roy van der Burg, Yannick Paredis, Paul van der Oord, Dustin Eier, Sem Roelofs y Frédérique van Hoof y los italianos Leonardo Coletta, Marco Bove, Mirko Bruschi, Lorenzo Magarelli, Elena Elli, Roberto Martinelli, Stefano Butti, Manuel Fortuzzi, Edoardo Casati, Matteo Parenzan y Carlotta Ragazzini.

Por lo tanto, estamos tratando con 27 atletas en silla de ruedas y de pie de Gran Bretaña, Letonia, Finlandia, Austria, Portugal, España, Holanda e Italia. Los entrenadores son el propio Arcigli, el croata Nikita Vukelic, el español José Machado, el coreano Hwang Eunbit y los también italianos Nicola Falappa y Massimo Pischiutti y la ucraniana Sofia Sheredeha y el croata Zvonimir Kramaric.

“Con este tipo de actividad técnica – explica Arcigli – la ETTU pretende dar continuidad al importante trabajo que llevamos a cabo en los distintos países, para promover el tenis de mesa paralímpico entre los jóvenes menores de 23 años. Nuestro objetivo es brindar a muchos jóvenes y sus familias un momento de deporte y socialización, así como una gran oportunidad de crecimiento, no solo a nivel técnico y deportivo, sino también a nivel personal y gratificante. Quizás encontremos entre ellos a los campeones del futuro, lo cierto es que los días que pasarán en Lignano Sabbiadoro representarán para ellos una experiencia de vida inolvidable, la puerta de entrada a la gran familia del tenis de mesa internacional.