FILIPINAS Mindanao agradece al padre Bald, testigo del diálogo más allá del extremismo

Tras 51 años de misión en el convulso sur de Filipinas, al servicio de los más pequeños y por la paz entre las comunidades religiosas, la misionera claretiana ha vuelto a España. Desde Basilan hasta Zamboanga, desafió el terrorismo islámico creando oportunidades de encuentro.

Manila (AsiaNews) – Después de un largo servicio misionero, el P. Ángel Calvo, misionero claretiano, conocido por su compromiso con la reconciliación en Mindanao, partió de Filipinas el 20 de enero para regresar a España, su país natal. Una licencia a los 78, de los cuales 51 pasados ​​al servicio de los más pequeños en la isla atravesada por un largo conflicto, en una zona del país de mayoría islámica. Una labor incansable a la que en Mindanao en las últimas semanas diversas organizaciones gubernamentales, realidades de la sociedad civil, líderes religiosos han rendido públicamente homenaje al P. Calvo comprometiéndose a mantener vivo el legado de paz y servicio a los pobres que promovió en su apostolado. Comenzando con Katilingban sa Kalambuan, la «compañía de desarrollo» que fundó para devolverles la dignidad a las comunidades más pobres y marginadas de Zamboanga.

Su labor misionera comenzó en Basilan, donde llegó en 1972, apenas cinco meses antes de la declaración de la ley marcial en Filipinas. Durante los veinte años que pasó en Basilan (donde fue sacerdote fronterizo y director de la radio local) y luego en su ministerio en Zamboanga, se vio enfrentado a traumas como el secuestro de líderes religiosos por parte de terroristas islamistas, el drama de las personas sin hogar, el flagelo del tráfico de niños y adolescentes, las noches pasadas junto a los niños de la calle. “En cada una de estas impactantes experiencias, descubrí el núcleo del llamado de Dios para seguirlo”, dijo el padre Bald. Su enfoque misionero fue aprender a convertir el odio en amor y ser un instrumento de paz en medio del extremismo violento y el terrorismo, en colaboración con todos: el gobierno, las organizaciones de la sociedad civil, cristianos, musulmanes, personas de otras religiones. Todos estos días han reconocido su compromiso de promover el respeto mutuo, la confianza y el amor entre cristianos y musulmanes y la cooperación en la búsqueda de la armonía, la solidaridad y la paz.

«Le agradecemos por dedicar su vida, su amor y su servicio a Mindanao y Zamboanga -comenta a AsiaNoticias María Venus Bonifacio Girón, laica que colaboró ​​en sus obras -. Esperamos que encuentres buena salud, paz y felicidad en España».

Martita Bailon

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