Desde el 20 de junio hasta finales de septiembre, Brenda Fruhvirtova ha jugado 28 partidos en el circuito profesional a nivel de la ITF. Y ganó 27 de ellos. Su racha terminó la semana pasada en los cuartos de final del torneo de $60,000 en San Sebastián, España, contra la holandesa Eva Vedder.
Previamente llegaron los títulos de Klosters, Danderyd, Mogyorod, Braunschweig y Santa Margherita di Pula, todos los torneos con un pozo de premios de $25,000. ¿Dónde está la noticia? En el hecho de que Brenda, hermana menor de la ya precoz Linda, tiene 15 años. Y ahora es el número 150 WTA.
Brenda y Linda corren el riesgo de convertirse en las nuevas Williams, aunque en este caso la historia no parte del gueto de Compton sino de una familia adinerada. Praga, en el corazón de la República Checa, Unión Europea. Linda, nacida el 1 de mayo de 2005, fue la primera en destacar. Pero no es que Brenda (nacida el 2 de abril de 2007) haya tardado mucho más en dejar claro que habla en serio. De hecho, si quieres mirar, es ella, la pequeña de la casa, quien hace gritar al campeón. Y esta racha de 27 partidos ganados al hilo parece estar ahí a propósito para hacer volar las expectativas.
Sin embargo, los aficionados más atentos ya lo habían notado hacía tiempo. En 2020, Brenda había ganado el título del prestigioso Les Petits As de Tarbes, en Francia, esa especie de Mundial sub-14 que, doce meses antes, había pertenecido a su hermana Linda y que ha descubierto muchos campeones a lo largo de los años. Inmediatamente después, incluso venció al de entonces. número 54 Wta Katerina Siniakova. Fue una actuación y valió la pena hasta cierto punto, pero ya estaba claro que la niña merecía una atención especial. Martina, la madre, ha pensado durante mucho tiempo que sus dos hijas eran campeonas en ciernes. Y lo mismo debió creer Patrick Mouratoglou, que se apresuró a cuidarlos en su Academia de la Costa Azul.
“¿Brenda? Será mejor que la vigiles -se apresuró a sugerir a través de las redes sociales- porque de lo contrario corres el riesgo de perderte un fenómeno». Que la etiqueta sea precipitada, dada la corta edad y las muchas dudas que quedan sobre el viaje a las zonas altas de la clasificaciones, también puede estar allí. Pero en realidad la impresión general es que la chica checa nacida hace 15 años realmente tiene un talento extraordinario. No solo en el brazo, sino también en la cabeza. Dicen quienes la han visto entrenando que es capaz de aguantar ritmos muy altos durante mucho tiempo, sin perder la concentración. Y esa madurez al fin y al cabo también se notó en la prueba del torneo, con estos cinco títulos seguidos, siete en total en este 2022 de cuento de hadas.
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