Al entrar, lo primero que percibes es obviamente el vacío, la ausencia de obras u objetos. Pero, poco a poco, comprendemos que un estar presente es una nueva versión de la arquitectura, una re-propuesta del mismo espacio, que conduce a un sentido de narración profunda, así como a una remodelación de la idea de intervención artística. Estamos en Bienal de Arte de Venecia y lo que vemos es el bandera nacional de españaquien presenta el proyecto»Corrección» de Ignacio Aballí. «Esto -dijo el artista catalán a Noticias de Aska – es un proyecto muy específico y especial que utilizó el edificio como punto de partida. La idea era mover o arreglar el edificio».
Básicamente, Aballí reconstruyó la estructura del mismo pabellón moviéndolo 10 grados, para alinearlo con los vecinos de Bélgica y España, ubicándolo en el mismo pabellón original. Una operación aparentemente sencilla, pero que tiene muchas implicaciones que distan mucho de ser triviales.
“En cierto sentido -añadió el artista- el proyecto se presta a una lectura política: corregir un pabellón nacional es algo que afecta a la nación, porque es una especie de embajada cultural de España. Corregir este edificio es una operación compleja , por lo tanto. Pero eso también significa que todavía podemos mantener la memoria, pero también partir de una nueva posición para mirar hacia el futuro y hablar de nuevas posibilidades. Es cierto en cualquier caso que el pabellón está lleno de contradicciones».
Y lo que percibiste, moviéndote en el nuevos espacios en el pabellónsentirlo El vacío como dimensión del lleno.eran los distintos niveles de realidad que implica el arte, una serie de contrastes que generan alternativas y por tanto nuevas posibilidades.
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