Irritación del Gobierno italiano por la elección del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, de nombrar a un diplomático español representante especial de la Alianza Atlántica para el frente sur. La semana pasada, en la cumbre de la OTAN, Giorgia Meloni declaró públicamente que Italia presentaría su candidaturamientras que el Viceprimer Ministro y Ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, había sugerido que Roma tenía buenas posibilidades de que su propio candidato desempeñara un papel estratégico para Roma.
Fue tal la sorpresa con el nombramiento de Javier Colomina, ex subsecretario general adjunto de Asuntos Políticos y Política de Seguridad de la OTAN, así como Representante Especial para el Cáucaso y Asia Central, que el Representante Permanente de Italia ante la OTAN, el embajador Marco Peronaci, envió un carta a Stoltenberg expresando «sorpresa y decepción» por el momento del nombramiento.
El mandato del secretario de la OTAN ha expirado: el traspaso de poder entre Stoltenberg y Mark Rutte se producirá a principios de octubre. No es casualidad, como explica Tajani en Washington, que Meloni apoyara la candidatura italiana junto a Rutte, presente en la cumbre de Estados Unidos. Lo que pregunta el Gobierno, en la carta firmada por Peronaci, es si el nombramiento del español no debería considerarse «para un mandato», dejando la elección a Rutte.
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