Lauren trota de lado. Tiene el andar de borracho de quien ha sufrido demasiado, pero ahora, recuperada la vida, estalla de vitalidad. Tres años, negro, alto y esbelto, patas muy largas y delgadas como las de los galgos, un hocico afilado como una espada para cortar el viento. Nacido para correr, pero no apto para las competiciones y, por ello, asesinado a golpes hasta dejarlo completamente inmóvil. Así, paralizado de pies a cabeza, fue encontrado en medio del campo español por voluntarios de la Fundación Benjamin Mehnert que no quisieron darse por vencidos y decidieron que Lauren debía vivir. “Después de todo un año de fisioterapia diaria – dice Barbara Batti, su adoptante italiana que lo acaricia como si fuera una posesión preciosa y rara – después de cuatro meses, movió su primera pata. Pero la inmovilidad a la que se sentía condenado le resultó tan frustrante que se golpeó la cabeza contra las paredes al intentar moverse. Pero Elena, Mariana y Silvia -veterinaria, fisioterapeuta y enfermera de la fundación española- no le abandonaron ni un solo momento, ni siquiera el domingo. Día tras día, esfuerzo tras esfuerzo. Para que se recupere.»
En marzo lo hizo y con toda su gentileza. Llega desarmante a su casa romana, recibido como un principito. “Pero mientras tanto, gracias a el sitio web de la fundación que seguía contando sus progresos día tras día, Lauren se había convertido en un personaje famoso.» Había dejado atrás el primer año de su vida, maltratado y maltratado por sus dueños, como suele ocurrir en España, en detrimento de los galgos. y galgos considerados no aptos para las carreras y la caza, y se convirtió en la mascota de la asociación que, en su santuario a las puertas de Sevilla, cuida de unos 700 de ellos, todos salvados de la muerte en las calles de España. Para apoyarla fundamos Insieme per FBM y le ofrecemos todo nuestro apoyo y colaboración para que sean adoptados en nuestro país – explica Bárbara que recuerda su primer rescate, como voluntaria, junto a los españoles – encontramos a Tito atrapado en el fondo. de un pozo, una cuerda alrededor de su cuello y una piedra que le impedía subir por la escalera metálica. Lo sacamos con dificultad y fue una gran emoción verlo salir a la superficie, con vida. Desde entonces, ha estado conmigo y con Lauren, así como con sus hermanos Jago, Jara y Violina. Los galgos y galgos no son perros exigentes, son muy buenos, sólo necesitan mucho cariño.»
Para Lauren, Barbara abrió una página de Facebook (Yo soy Lauren) quien cuenta su historia y, nutrido de fotografías de sus aventuras diarias, reúne a conversos a la causa de la adopción. “Para su primer aniversario aquí en Italia recaudamos 4.000 euros que se destinarán íntegramente a la Fundación para apoyar a los perros que viven en el refugio”. Hay muchos gastos y ahorrar uno es al menos tan importante como mantenerlo dignamente. Lauren, después de tanta desgracia, se divirtió mucho: sólo hay que verlo correr, como un boxeador derrotado que se tambalea pero sigue desafiando el viento, al borde de un lago. “Él nunca había visto agua. Se volvió loco de felicidad.»
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