Solo nueve años después de entrar en política, el partido de extrema derecha Vox saborea su victoria. El futuro gobierno de Castilla y León tendrá que vérselas con los ministros de Vox (13 escaños en el parlamento local). Una primicia para esta formación que ha recibido apoyo parlamentario en diferentes regiones de España.
Un punto de inflexión en el espectro político que se remonta a finales de 2018
Si el presidente del Partido Popular Europeo, Donald Tusk, no ocultara su decepción con esta futura coalición, calificándola de «abandono»poner en perspectiva, al otro lado de los Pirineos, este nuevo avance de Vox. «El punto álgido casi histórico de Vox se produjo hace unos años, cuando este partido fue acogido como un interlocutor imprescindible», explica Lluis Orriols, catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Carlos III, «Lo que sucedió después puede explicarse por la aritmética parlamentaria, el Partido Popular (PP, derecha) se necesita la extrema derecha para gobernar».
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Su punto de inflexión en el espectro político se remonta a finales de 2018, cuando, por primera vez, Vox consiguió 12 escaños en el parlamento andaluz. Desde entonces ha consolidado su presencia a nivel nacional, ganando 52 escaños en el Parlamento español en 2019. Para Fernando Vallespin, catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid, fue la crisis catalana de 2017, con el referéndum sobre la independencia. , que dio alas a Vox. . Entonces pudo navegar “Perjudicó al nacionalismo español. Súmale a eso la habitual crisis democrática de los partidos clásicos, la corrupción del PP, una ventana de oportunidad que ha aprovechado este partido populista”añade Lluis Orriols.
Sin «cordón sanitario»
En España no hay debate como en Francia sobre un posible «cordón sanitario». “Prácticamente la mayoría de los votantes del PP normalizaron a Vox. El partido se ha convertido ahora en una opción adicional y necesaria para gobernar las regiones., asegura Guillermo Fernández Vázquez, catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Carlos III de Madrid, autor de un libro sobre la extrema derecha. Esta dificultad de la derecha conservadora para desvincularse de la ultraderecha se explica en parte por el perfil de votante de Vox. “Son mayoritariamente hombres, PP, de mediana edad, más urbanos y de buen nivel económico”analiza José Pablo Ferrandiz, director de opinión pública y estudios políticos de Ipsos España.
En este sentido, Vox se considera una escisión del PPy no como una alarma democrática a los ojos de la derecha”, resume Lluis Orriols. Las recientes declaraciones a la prensa extranjera de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid (PP), dicen mucho sobre esta relación de amor/odio con Vox: “Mi partido debe ser capaz de unir votantes y traer de vuelta a los que se fueron a Vox. «
«La derecha tradicional no logró frenar a Vox»
Volvamos a la foto de la manifestación por la unidad de España, Plaza Colón de Madrid, en febrero de 2019. Hoy adquiere un cariz cruel. Luego reunió a Santiago Abascal, líder de Vox, Pablo Casado del PP y Albert Rivera del partido liberal Ciudadanos, los tres unidos contra el gobierno socialista. De los tres líderes de la derecha, sólo sobrevivió políticamente Santiago Abascal. «Vox es inteligentecree Guillermo Fernández Vázquez, el partido sabe crear corrientes de opinión dentro del bloque de derecha, actúa como un laboratorio de ideas. La derecha tradicional no supo cómo frenarlo. « El mismo analista político cita «Esa capacidad de Vox de atraer nuevos votantes, como agricultores, cazadores, y de dar voz a preguntas que muchas veces no se hacen».
El nuevo presidente del Partido Popular elegido el sábado 2 de abril, Alberto Feijoo, ex presidente de la región de Galicia, tendrá por tanto una tarea difícil. “Viene de una región donde Vox apenas existe y tendrá que pensar su estrategia para las elecciones municipales y autonómicas de 2023”, resume José Pablo Ferrandiz de Ipsos. Con fama de moderado, Alberto Feijoo tendrá que hacer malabarismos entre su carácter político y la presión de Vox.
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