Bares y restaurantes de toda España han apagado sus luces en protesta por los altos precios de la energía. Clientes a oscuras durante cinco minutos este martes. El sector hotelero pide ayuda al gobierno para hacer frente a un aumento de la factura de la luz de hasta un 400%. Hace ya un año que el sector empezó a protestar porque la factura galopaba, ahora muchas empresas están en una situación desesperada. José Antonio Aparicio, presidente de la hostelería de Madrid, pinta un panorama dramático: «Las cuentas de cualquier hotelero se multiplican de media por tres y el sector es de los que cicatrizan sus heridas tras la pandemia; somos un sector con poca caja y poca margen de maniobra. Cuando las facturas de varios meses suben al 300% o al 350% obviamente no podemos pagarlas».
En Madrid, por tanto, el corazón de la vida nocturna se apagó durante unos minutos y así en muchas otras ciudades españolas. Las facturas caras ya han tenido una víctima ilustre: el menú del día a precios de derribo, ahora casi imposible de encontrar.
Para los agricultores obligados a regar, las facturas se han multiplicado por diez en cuatro años
A los gritos de los hoteleros y restauradores se unen los de los agricultores que luchan con energía cara, fertilizantes caros y más. Aunque el gobierno español ha bajado el IVA de la electricidad del 21% al 5%, las dificultades del sector son enormes, sobre todo para quienes necesitan regar sus campos. Para estos últimos, la factura de la luz cuesta diez veces más que hace cuatro años. La historia de Emilio Cueves, agricultor valenciano, es dramática: “El año pasado en verano pagamos alrededor de 70.000 euros y este año pagamos 247.000 euros hasta septiembre” (…) estamos hablando de que en la mayoría de los casos el el agricultor trabaja a pérdida”.
En España hay tres millones ochocientas mil hectáreas de cultivos de regadío. En el Valle de Cárcer, en la Comunidad Valenciana, los aspersores de las huertas de cítricos o campos de cereales han visto un aumento exponencial en su factura mensual.
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