España se enfrenta a la peor sequía de la historia y los productores de aceite de oliva temen el colapso.
Dentro España, el agarre de Sequía insta despiadadamente a los productores de aceite de oliva: los frutos raquíticos se adhieren a los árboles desnudos mientras que, en un año normal, estos serían verdes y generosos en frutos, tanto más cuanto que la cita con la cosecha se acerca inexorablemente. En otras palabras, el llamado oro verde español está amenazado por una crisis sin precedentes. El rendimiento de este año ya se ha reducido en un tercio y, con el cielo despejado e implacable, los productores esperan un mayor deterioro.
En la planta de Interóleo en Jaén, provincia que produce la mitad de todo el aceite ibérico, la producción está en su punto más bajo y costos siguen subiendo, acabando por caer sobre el consumidor final: «Hay una sensación de depresión e incertidumbre, otro año así sería un desastre total», explica Juan Gadeo, el patrón de la cooperativa, que cree que todo el sector -vital para España- está en peligro. Mientras tanto, los agricultores corren por seguridad: muchos han comenzado a plantar más girasoles en un esfuerzo por compensar las pérdidas durante la guerra en Ucrania, pero incluso estos necesitan la esquiva bendición de la lluvia; y su falta deja cosechas marchitas y estériles.
Un informe reciente del Observatorio Mundial de la Sequía concluyó que Europa sufría la peor sequía en 500 años: varios países del continente luchaban incendios y olas de calor, y España en particular tuvo que hacer frente a incendios que quemaron más de 270.000 hectáreas. “La superficie total de regadío en España ha aumentado en las últimas décadas, tanto legal como ilegalmente”, señala. Julia Martínez, de la Fundación Nueva Cultura del Agua, destacando cómo el actual modelo de gestión del agua‘el agua es insostenible. “La tierra irrigada consume el 85% de todos los recursos hídricos. Con el 15% restante no es posible satisfacer todas las demandas de agua restantes, algunas de las cuales tienen mayores prioridades”. El cielo, mientras tanto, está despejado.
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