Cada vez que Christine Lagarde aparece en público, los prestamistas hipotecarios de la eurozona tiemblan. Desde hace meses, el presidente del Banco Central Europeo anuncia periódicamente una subida de los tipos de interés para combatir la inflación, que se situó en el 5,3% en julio. En España, sin embargo, las medidas del BCE son recibidas con cierta indiferencia, dado que en junio la inflación había alcanzado el 1,9%, mientras que en julio estaba controlada en el 2,3%.
La incertidumbre en Madrid es más política que económica. Si bien es cierto que nadie obtuvo mayoría en las últimas elecciones, el gobierno de Pedro Sánchez parece haber ganado la lucha contra la inflación. El gobierno socialista ha adoptado medidas más rápidas y concertadas que otros países de la UE, limitando los precios de la energía, reduciendo el coste del transporte público, gravando los beneficios excesivos y limitando los aumentos de los alquileres. Si bien estas medidas también entrañaron costos, impidieron que la inflación se propagara más amplia y persistentemente que en otros lugares.
“España es la primera gran economía de la zona euro que reduce la inflación por debajo del 2%”, explicó en junio la ministra de Economía, Nadia Calviño. “Se ha reducido casi 9 puntos en menos de un año y la tasa del 1,9% es la más baja desde abril de 2021. La inflación subyacente sigue cayendo y se sitúa en el 5,9%”.
En Alemania, la inflación aumentó un 6,4% respecto al mismo mes del año anterior. En mayo, esta cifra era del 6,1%. Los precios al consumo han subido un 0,3% y la tasa de inflación, excluidos los alimentos y la energía, denominada inflación básica, se pronostica en un 5,8%, frente al 5,4% de mayo.
En Francia, los precios al consumo aumentaron un 4,5% interanual, mientras que en Italia, el índice armonizado de precios al consumo (HIPC) aumentó un 6,4% interanual, en desaceleración en comparación con el +6,7% de junio. Fuera de la eurozona, en el Reino Unido, el Banco de Inglaterra volvió a subir los tipos hasta el 5,2% y rebajó sus previsiones de crecimiento. Traducido: España fue la primera de las principales economías de Europa en tener una inflación inferior al 2%, el objetivo declarado del BCE.
“Las diferencias de inflación entre países, medidas por el rango intercuartil, aumentaron desde niveles históricamente bajos en el período prepandemia a máximos históricos a finales de 2022 y, aunque han disminuido desde entonces, se mantuvieron en niveles altos”, subrayó. Banco Central Europeo en una nota. “Las brechas inflacionarias persistentes pueden generar desequilibrios externos. Los diferenciales de inflación son normales en una unión monetaria en la medida en que reflejan ajustes temporales a shocks o están asociados con procesos de recuperación. »
Según datos preliminares de Contabilidad Nacional, se espera que la inflación en Madrid alcance el 2,3%, un aumento fisiológico dado el aumento de los precios de los combustibles y de los paquetes vacacionales. En resumen: la economía española, aunque la UE esté en dificultades, goza de buena salud. Y el BCE podría inspirarse en España para controlar los crecientes costos y tranquilizar a los acreedores hipotecarios.
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