MADRID – «Sería bueno para la Unión Europea que Giorgia Meloni acabara en el PPE». Así lo aseguró el candidato a la presidencia del Partido Popular, Alberto Feijòo, entrevistado por El Mundo. Cuando se le pregunta si apoya esta hipótesis, Feijòo responde: «Depende de la actitud de Meloni, pero creo, por lo que me dice mi amigo Tajani, que Giorgia Meloni da pasos hacia una posición política que nos preocupa mucho menos en el PPE que cuando asumió como Primera Ministra». «La Primera Ministra italiana es uno de los jugadores más relevantes de Europa», en caso de victoria «aspiro a tener una relación correcta y fructífera con ella».
El foco de las últimas horas de la campaña electoral en España antes de la votación del domingo 23 de julio pasa de los grandes debates nacionales a las luchas por escaños en circunscripciones territoriales individuales. Y ahora está claro que será el «voto útil» dar la victoria final a uno de los dos bloques que se disputan el gobierno.
La ley electoral española, de hecho, fomenta el bipartidismo y prevé la elección de sus representantes divididos en pequeñas circunscripciones correspondientes a las diferentes provincias. Aquí, los escaños se ganan sobre la base de ley proporcional, pero especialmente en las zonas menos pobladas, contar las sobras marca la diferencia. En muchos territorios de estas características, fuerzas menores, tanto Vox como Sumarno tienen posibilidad de elegir a su propio candidato: en ese momento, sus votos se perderían totalmente a menos que cada votante individual elija precisamente el «voto útil», es decir, que termine votando no por su propio partido sino por el más cercano a él, uno de los dos más grandes, que tiene la posibilidad concreta de ganar más escaños.
Y el caso, por ejemplo, de los territorios más pequeños, donde sólo se eligen tres diputados y donde, de hecho, los «pequeños» no tienen ninguna posibilidad de ganar nada. Ahí, uno va al PP, el otro al PSOE, pero el tercero a uno de los dos partidos que habrá tenido la capacidad de ganar más apoyo de su aliado. Para dar un ejemplo concreto: supongamos que en una provincia que reparte tres escaños y que los resultados reflejan las previsiones de las encuestas que dan al primer partido el 46% de los votos, al segundo el 30%, al tercero y al cuarto el 12% cada uno. De acuerdo a metodo hondt, utilizado para la distribución de las sobras, el primer asiento será casi seguro para el primer partido. El segundo será para el segundo. Y la tercera, todavía para la primera: la mitad de su 46% es muy superior a la mitad del 30% de la segunda y al 12% de la tercera y cuarta. Es decir que, en este colegio electoral, por ejemplo, si no hay voto útil, al final el primer partido con el 46% de los votos, gana el 66% de los escaños, o 2 escaños de 3. Y quién sabe si la unidad y compacidad mostrada entre Sánchez y Díaz, siguiendo esta lógica, podría ayudar a la izquierda, aprovechando el frío que registra la derecha en estas horas, entre Feijòo y Abascal.
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