La UE agudiza sus ciberarmas contra la ciberguerra rusa y las noticias falsas

La guerra sobre el terreno, pero también en el mundo digital. Con ciberataques y una campaña de desinformación sin precedentes, también realizada vía web, dirigida por Rusia no solo contra Ucrania sino también contra países de la OTAN e instituciones de la UE. A la tradicional acción bélica que, al menos por el momento, predomina -hoy veremos qué novedades sobre el terreno se sumarán al desfile en Moscú el 9 de mayo, aniversario de la victoria contra el nazismo-, se suma pues una batalla de apoyo por herramientas digitales

En este escenario, la Unión Europea se ha equipado activando determinados mecanismos para garantizar la protección de los Estados miembros y de las propias instituciones, preparando un arsenal de medidas de diversa índole que sirven para desactivar la acción rusa en la web.

Ataques ciberneticos

En cuanto a los ciberataques, incluso antes del día de la invasión, el 24 de febrero, varias instituciones, empresas y bancos ucranianos sufrieron ciberataques, lo que llevó a la Unión a fortalecer el diálogo con Kyiv. Por primera vez en un contexto operativo, se ha activado un equipo de respuestas rápidas a ciberataques en Ucrania, los «Equipos de respuesta rápida cibernética y asistencia mutua en ciberseguridad»(Crrts), coordinado por Lituania, que opera dentro de un proyecto Pesco (cooperación estructurada permanente en el marco de la política de seguridad y defensa de la UE) precisamente para garantizar una respuesta unificada a los incidentes cibernéticos. El equipo está formado por expertos en respuesta a incidentes y evaluación del nivel de vulnerabilidad. Y el Parlamento Europeo pidió, con la resolución del 1 de marzo, un examen urgente de la candidatura de Ucrania para el Centro de Excelencia para la Ciberdefensa Cooperativa de la OTAN, una estructura con sede en Estonia. Poco después, el comité directivo aceptó la solicitud.

Hasta la fecha, la guerra se ha librado sobre el terreno, con ataques web limitados. Pero el riesgo es el de una escalada precisamente en este ámbito y en el contexto global. Microsoft, por ejemplo, acaba de publicar un informe en el que se demuestra que se han llevado a cabo al menos 237 ciberoperaciones contra Ucrania desde el inicio de la guerra y que los ataques no solo han afectado a instituciones o estructuras estatales, sino también a servicios e infraestructuras para la población civil. . .

Se perfila, pues, un escenario de guerra en dos frentes: convencional en Ucrania y digital extendido a los países de la OTAN y la UE. Con un riesgo en puerta, por la ocurrencia de daños colaterales o resultado de elecciones estratégicas, porque los ataques rusos podrían golpear y dañar los cables submarinos que permiten la comunicación a través de Internet y las telecomunicaciones internacionales.

Loída Galiano

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