Bruselas – En pleno mes de agosto tórrido en Madrid, la política española no se va de vacaciones. La ronda de consultas para la formación de un nuevo gobierno comenzó a principios de esta semana y ayer (22 de agosto). Rey Felipe VI de España propuso el presidente del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, como candidato a la toma de posesión del nuevo presidente del gobierno. Un indicio de que sin embargo en la nueva España post-votación del 23 de julio esto significa todo menos una asunción inminente del cargo, dada la división en dos del Parlamento y las nuevas tensiones que han surgido dentro de la coalición de derecha. Por el contrario, este escenario podría facilitar que el oponente directo del líder del partido de centro derecha, el primer ministro socialista saliente, Pedro Sánchez.
Sin ningún candidato capaz de predecir una mayoría clara en el Parlamento, la primera elección del Rey de España recayó en Feijóo, como líder del partido que obtuvo el mayor número de votos el 23 de julio (33,1 por ciento) y escaños en el Congreso de Diputados (137). ). La misma casa real española el precisó Eso es una «costumbre» para indicar el ganador de la ronda electoral como primer candidato a la nominación, aunque careciera de mayoría suficiente. “Daremos voz a los más de 11 millones de ciudadanos que quieren cambio, estabilidad y moderación con un gobierno que defienda la igualdad de todos los españoles. » él aplaudió Feijóo en X, espera ahora al nuevo presidente socialista del Parlamento, francina Armengolfija la fecha de la votación en la Cámara.
Pero con toda probabilidad los intentos de Feijóo están condenados al fracaso, por dos razones. En primer lugar por la cantidad de diputados que su gobierno podría apoyar: la coalición de derecha tiene 172 diputados –Además de los del PP también los 33 de la extrema derecha de Vox y los dos de Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro– es decir cuatro menos que la mayoría requerida en Parlamento, y parece poco probable que los partidos regionalistas vasco o catalán lo apoyen desde fuera. En segundo lugar, está la primera división en el frente de derecha en España registrada con motivo de la elección de los máximos cargos del Parlamento el pasado jueves (17 de agosto). Vox ha decidido romper el frente al no votar al candidato presentado por el Partido Popular, tras la falta de acuerdo entre ambos partidos sobre el reparto de puestos para la presidencia del Congreso, que dejó a los nacionalistas de extrema derecha sin vicepresidencia. El líder de Vox, Santiago AbascalAclaró que el Partido Popular tendrá que «dar respuestas y explicaciones» y no respondió a preguntas sobre el apoyo de sus 33 diputados a la investidura de Feijóo.
El esperado fracaso del líder del Partido Popular español a la hora de formar un ejecutivo podría dejar un margen de maniobra aún mayor para que el presidente saliente Sánchez (jefe del gobierno de transición actualmente en funciones) intente formar una coalición compleja formada por sus dirigentes españoles. Partido Socialista Obrero (PSOE), la izquierda de Sumar, los partidos regionalistas vasco y catalán, pero especialmente el siete diputados de las Juntas por Cataluñael partido secesionista catalán fundado por el ex presidente de la Generalitat de Cataluña y hoy diputado europeo, Carlos Puigdemont. Un primer éxito -aunque el entusiasmo fue inmediatamente apagado por los propios catalanes- se registró el jueves pasado con el acuerdo entre Sánchez y Junts para formar la presidencia del Congreso y el presidente del Gobierno saliente confirmó al rey Felipe VI que había sido capaz de «reunir la necesario apoyo parlamentario”. Si Feijóo no vota en la Cámara, Sánchez tendrá dos meses para llegar a un acuerdo con Junts para el apoyo exterioraunque algunas cuestiones como la amnistía de los organizadores del referéndum sobre la independencia catalana de 2017 ya dificultan este camino.
El escenario de nuevas elecciones en España
Por estas razones El escenario de nuevas elecciones en España antes de fin de año o en las primeras semanas de 2024 no es improbable, en caso de que ninguno de los candidatos pueda prestar juramento como nuevo Primer Ministro. Tras la primera votación de investidura de Feijóo que podría tener lugar entre la próxima semana y finales de septiembre, salvo que otras fuerzas políticas converjan inesperadamente hacia la derecha, la pelota pasará a Sánchez, que tendrá que jugar sus cartas en los 60 días. Llegamos por tanto a un período límite entre finales de octubre y finales de noviembre para saber si habrá alguno y quién será el nuevo presidente del Gobierno español.
Si ningún candidato recibe suficientes votos, se celebrarán nuevas elecciones no antes de 47 días después.. Esto hace que el calendario vuelva a ser anterior a Navidad si la primera votación de nominación se fija para el 6 de septiembre, durante las semanas entre Navidad y Epifanía si se fija entre el 6 y el 20 de septiembre, o más tarde en enero si se fija después del 20 de septiembre. Hasta fin de año de todos modos. España ocupará la presidencia rotatoria del Consejo de la UE –con un nuevo ejecutivo de derecha o de izquierda o con el gobierno de transición de Sánchez todavía en el poder– con el objetivo de ultimar diferentes paquetes legislativos, desde el Pacto sobre Migración y Asilo hasta el Pacto Verde Europeo.
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