Las elecciones europeas de 2024 son una oportunidad para unificar el centroderecha

Todavía es demasiado pronto para hablar de un único partido de derecha en Italia. Sin embargo, esto no significa que los cuatro partidos mayoritarios no puedan federarse de cara a la importante cita de las elecciones europeas de 2024. Tras ganar las elecciones el pasado septiembre, la derecha de Giorgia Meloni podría ser decisiva en Bruselas si consigue convencer a sus aliados italianos. El objetivo es la construcción de un centro-derecha europeo que supere las barreras entre los populares, los conservadores y los soberanos. En muchos Estados miembros, los partidos de derecha están ganando terreno. En Italia está el gobierno de Meloni, en España el PP y Vox ocupan el 45% de los votos, en Alemania la Cdu ha vuelto a ser el primer partido por encima del 30%, en Suecia hay un gobierno de centro-derecha, en Polonia, la derecha es sólida al igual que en Grecia.

Están todos los elementos para desplazar el centro de gravedad de Europa hacia la derecha e Italia, con su ahora fuerte gobierno, es fundamental. Por ello, una idea realista es la de una lista única o federada de partidos italianos. Una lista que luego puede hacer de bisagra entre el grupo conservador y el de los populares. Berlusconi encontraría un papel más fuerte que el popular, Salvini se libraría de las malas compañías de su actual grupo euroescéptico y populista (Identidad y Democracia), Meloni adquiriría una inesperada centralidad europea. Este parecido entre los europeos populares y los conservadores, una vez elegidos, constituiría probablemente el grupo más importante del Parlamento Europeo y tendría muy buenas posibilidades de expresarse el presidente de la Comisión. Meloni, en virtud de su peso electoral y de la dirección de la misión, probablemente tendría la última palabra, o casi, sobre la composición del gobierno europeo.

Los socialistas y los liberales sufrirían una derrota política y, aunque todavía es probable que se forme una gran coalición en Europa, los partidos de Scholz y Macron se verían obligados a ser socios menores de Merz, Meloni y el resto. Por eso, Manfred Weber, líder del grupo del PPE, está a menudo en Italia y se encuentra regularmente con Meloni. La construcción del funcionamiento político no es simple: estos derechos son diferentes entre sí, y van desde conservadores de amplio espectro hasta demócratas cristianos y liberales. Sin embargo, si Weber y Meloni son capaces de tejer la red, se produciría una fusión de almas diversas y el nacimiento de un centroderecha europeo tras años de divisiones entre europeístas y euroescépticos. Primero debemos convencer a Berlusconi y Salvini, que sin embargo tienen la oportunidad de ganar un espacio estratégico en Bruselas, y luego a los muchos aliados europeos potenciales. No es fácil, pero la oportunidad es tentadora para todos.

Agata Olvera

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