En las playas de Mallorca, algunos carteles advierten a los turistas de habla inglesa que se mantengan alejados. La “traducción” en catalán, sin embargo, cuenta una historia diferente…
Algunos activistas han colocado carteles de advertencia falsos en las playas de Mallorca, España, para mantener alejados a los turistas de habla inglesa.
Algunas señales advierten sobre “medusas peligrosas”, “caída de rocas” o incluso agua de mar contaminada por aguas residuales. Otros informan que la playa está cerrada, con el símbolo de prohibido nadar o advierten que se necesitan horas para llegar a pie, cuando en realidad el mar está a menos de 100 metros.
Unas pequeñas líneas de texto en catalán, sin embargo, revelan a los vecinos que estas advertencias no son reales. Explican que «el problema no es la goleada, sino el turismo de masas» o que «la playa está abierta, salvo a los extranjeros y las medusas».
Han aparecido señales de advertencia no oficiales en Cala Morlanda, Es Caló, Cala Petita, Porto Cristo, Cala Murta, Cala Magraner y Cala Bota.
¿Quién está detrás de estas falsas señales de advertencia?
Los carteles falsos fueron colocados por el grupo anticapitalista Caterva, con sede en la localidad de Manacor. Sus miembros critican la masificación de las playas de la isla y llaman la atención sobre Problema del turismo de masas en Mallorca.
En una publicación en el sitio de redes sociales X, anteriormente conocido como Twitter, el grupo dijo que la campaña era «divertida».
En un comunicado enviado a la prensa local, Caterva afirmó que los culpables son «los hoteleros y Rafael Nadal», que tienen la misma responsabilidad que el Govern balear. Según los informes, el grupo criticó al tenista español, que alguna vez fue propietario de un restaurante y un negocio turístico en la isla, que atraía a muchos turistas.
A pesar de las afirmaciones de que el turismo crea empleos y riqueza para los locales, Caterva dice que las únicas personas que ven los beneficios económicos son aquellos que ya son ricos, no la población local en general.
El debate sobre el sobreturismo, que se había calmado con la caída de asistencia durante la pandemia, vuelve a calentar las Islas Baleares.
Masificación y sobreturismo en Baleares
En 2022, más de 16 millones de personas visitaron las Islas Baleares. El año pasado, sólo en agosto, llegaron a Mallorca más de un millón de turistas, más que toda la población de la isla. Los servicios estadísticos locales estiman que el número de turistas podría alcanzar un pico aún mayor este año.
La masificación es especialmente grave durante la temporada de verano, con guerras por las tumbonas y colas sólo para poner un pie en algunas de las playas más populares.
Las fiestas para beber y los turistas ruidosos son un problema en las islas desde hace varios años. Los ayuntamientos y el gobierno balear han intentado controlar la situación con normas y reglamentos más estrictos, pero sin mucho éxito.
Las reglas para los turistas incluyen la prohibición de fumar en 28 playas diferentes de la isla, un límite en la cantidad de bebidas alcohólicas que se pueden comprar, reglas de vestimenta para restaurantes y complejos turísticos y multas para quienes no se presenten a las reservas para cenar.
A principios de este año, el Gobierno balear lanzó una campaña junto con la Embajada británica para reforzar su política de tolerancia cero hacia el turismo de masas.
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