Una larga noche de discusiones entre los dirigentes del fútbol español y los jugadores de la selección nacional que cancelaron la manifestación casi por unanimidad. Una comisión monitoreará la conducta del gobierno federal
En pie de guerra contra las presiones y el machismo llegaron a Valencia las 23 jugadoras convocadas por la selección española de fútbol femenino. Luego de una reunión que se extendió hasta la madrugada, el presidente del Consejo Superior de Deportes, Víctor Francos, anunció que 21 de los jugadores aceptaron quedarse en un grupo para jugar su primer partido de la Liga de las Naciones contra Suecia el viernes. Tras la reunión, mediada por la sindicalista Amanda Gutiérrez, se anunció la creación de una comisión mixta encargada de velar por el cumplimiento de la ley deportiva y el despido del secretario general de la Federación de Fútbol, Andreu Camps.
Gutiérrez calificó los cambios como el inicio de un acuerdo que pondrá fin a la disputa. Unos cambios que, según el presidente de la comisión de fútbol femenino, Rafael del Amo, todavía no resultan satisfactorios. También aclaró que ninguno de los jugadores había solicitado la destitución de la entrenadora, Montse Toméquien volvió a dirigir sesiones de entrenamiento con regularidad.
Por su parte, la jugadora Jenni Hermoso, implicada a regañadientes en el Escándalo del “beso robado” no fue convocada por demasiada presión mediática centrada en su figura.
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