El gobierno independentista entre la Esquerra Republicana del presidente de Cataluña (ERC), Padre Aragonés, y Unidas por Cataluña (JxCat) del expresidente, Carles Puigdemont, no resistió las tensiones internas que acompañaron a toda la legislatura. El pasado fin de semana, los activistas de JxCat votaron por dejar el ejecutivo (55,7% vs. 42,3%) después de que Aragonés derrocara al vicepresidente Jordi Puignero por pedir al presidente que se sometiera a una moción de confianza para evaluar el «cumplimiento» del acuerdo de nombramiento. Una petición que para el líder de Cataluña habría determinado el fin de la «confianza política» en el socio mayoritario. Poco después de que se formalizara la decisión de sus antiguos aliados de devolver todos los cargos en el Ejecutivo, Aragonés descartó en rueda de prensa la posibilidad de una vuelta a las urnas. «La decisión de JxCat abre una nueva etapa», ha subrayado el presidente catalán, y ha añadido que su Gobierno «no abandonará a la ciudadanía en momentos difíciles como los actuales». “Seguiremos gobernando, tratando de construir alianzas para sacar adelante al país”.
Al término de un fin de semana especialmente convulso, el presidente catalán nombró ayer siete nuevos consejeros autonómicos, cuatro de su partido y tres cercanos al Partido Socialista Catalán (PSC) y Unidas Podemos. Con solo 33 diputados de un parlamentario de 135, Aragonés se ofreció a gobernar en solitario y repitió, pese a la grave crisis del Ejecutivo, que quería evitar «acuerdos estables» con otras formaciones centrándose en este que es de hecho un gobierno minoría. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que desde hace cerca de un año mantiene una complicada mesa de diálogo con Aragonés, expresó su deseo de «estabilidad» en Cataluña, recordando que el PSC, encabezado por el exministro Salvador Illa, siempre ha demostrado que ha «tendido a la mano» por el interés general de los ciudadanos. Una posición que fue confirmada ayer por el propio Illa en una entrevista con el diario ‘El País’, destacando cómo su partido está dispuesto a colaborar con el Gobierno de Aragón para llevar a cabo una «política útil y constructiva que no sólo pretende agotar al adversario aunque puede haber «diferencias sustanciales por partido en particular» y que haya «cuanto antes un presupuesto que incluya los 3.000 millones de recursos adicionales disponibles» que de otro modo quedarían «en un cajón».
La próxima ley de finanzas es el primer y principal escollo que tendrá que intentar salvar Aragonés ahora que no podrá contar con un número suficiente en el Parlamento. El camino parece aún más difícil después de que el presidente de ERC, Oriol Junqueras, vetara una posible entrada del PSC acusado de no trabajar para acabar con la «represión» contra el independentismo. Junqueras ha apostado por la prórroga del presupuesto de la Generalitat para 2023, en caso de que JxCat se niegue a aprobarlo en las condiciones en las que se acordó antes del parón. “Si quienes escribieron los presupuestos están listos para votarlos, los presupuestos estarán allí. Y si no quieren votar por ellos, habrá una prórroga”, advirtió Junqueras en unas declaraciones a la prensa. Para el exsecretario de JxCat, Jordi Sànchez, el divorcio entre Erc y JxCat ha «cerrado definitivamente» el «juicio» dentro del independentismo, recordando cómo desde 2012 la política catalana se ha caracterizado por la «búsqueda permanente de un acuerdo entre ambos». principales partidos independentistas». Un acuerdo que se saldó con el referéndum de autodeterminación del 1 de octubre de 2017. Sànchez, que en las últimas semanas se ha pronunciado a favor de la permanencia en el Gobierno durante la consulta interna, ha subrayado que no tiene previsto abandonar el partido, aunque reconoció que el liderazgo de la presidenta de JxCat, Laura Borràs, de línea dura, salió «claramente fortalecido».
Lea también otras noticias sobre Noticias Noticias
Síganos en las redes sociales de Nova News en Facebook, Gorjeo, LinkedIn, instagram, Telegrama
«Erudito zombi. Amable amante del alcohol. Organizador. Pionero del café de toda la vida. Evangelista de Internet. Friki de Twitter. Aficionado a la música».