(ANSAmed) – MADRID, 19 DE SEPTIEMBRE – Hoy se cumple un año del inicio de la última -y más conocida- erupción volcánica en La Palma, una de las Islas Canarias (España): un fenómeno natural que trastornó la vida cotidiana de muchos de sus habitantes, dejando casas sepultadas por la lava, así como otros importantes daños materiales, y provocando un fuerte impacto negativo en los dos motores económicos locales, la agricultura y el turismo.
Por estos días, el aniversario encuentra un gran lugar en los medios españoles, con reportajes y entrevistas para hacer balance de la situación de una erupción que duró 85 días, hasta el 13 de diciembre de 2021. Tal y como apunta la prensa, a pesar de los diversos canales de información económica ayudas y redes sociales activadas por las administraciones públicas (con más de 565 millones de euros procedentes del gobierno central), la isla sigue fuertemente sacudida por las consecuencias de la erupción: unas 180 personas, por ejemplo, siguen hospedándose en hoteles dada la inutilización de sus casas, mientras que otros son invitados a quedarse con familiares o amigos. “Nos gustaría que no fuera así”, dijo hoy el gobernador de Canarias, Ángel Víctor Torres, en una entrevista con Cadena Ser. “Pero la inaccesibilidad de sus viviendas está dictada por razones científicas”, agregó, recordando que están disponibles las alternativas habitacionales.
Según la agencia Efe, el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia (Ingv) y el de Canarias (Involcan) han calculado que el volcán de La Palma ha expulsado alrededor de 217 millones de metros cúbicos de material piroclástico. En algunos lugares, los flujos alcanzaron una altura de 65 metros, suficiente para cubrir por completo grandes estadios de fútbol como el Camp Nou de Barcelona (48 metros) o el Santiago Bernabéu de Madrid (45 metros). (ANSAmed).
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