Jorge Lorenzo se quedó boquiabierto tras zanjar disputa con Hacienda reclamando 11,4 millones de euros al expiloto de MotoGP. El caso ha sido archivado definitivamente, pero el pentacampeón del mundo ha querido aclarar: «Recientemente se han publicado en varios medios una serie de informaciones sobre los litigios que tuve con la Hacienda española. Quiero escribir unas líneas para dar mi versión de lo que sucedió. Como todos saben, hace muchos años que decidí irme a vivir a Lugano. Me mudé, como muchos otros deportistas, porque necesitaba la tranquilidad que me brindaba la ciudad cuando no estaba viajando por medio mundo y la oportunidad de entrenar en las instalaciones del equipo Yamaha (a 60 km de mi casa) y por supuesto también agradecí el sistema fiscal que ofrece a sus ciudadanos, mucho más razonable y menos agresivo y confiscatorio que el de otros lugares”.

Lorenzo se quitó unas piedrecitas del zapato: “A pesar de que las autoridades suizas insistieron en que mi situación era perfectamente legal, la Hacienda española siempre cuestionó todo. Por lo tanto, envió cientos de solicitudes a mis patrocinadores y mis equipos, buscando no solo información sino también desacreditarme ante los ojos de la opinión pública. hacerme aparecer en los medios como un ladrón. Incluso enviaron emisarios al paddock para obligarme a firmar un documento. Me atacaron y bloquearon mi salida cuando estaba a punto de subirme a la bicicleta minutos antes de comenzar una carrera. Asimismo, tuve que adelantar el dinero que me pedían para evitar embargos y situaciones vejatorias (como estar en la lista de morosos). Una verdadera broma».

Jorge Lorenzo admitió: “La presión y la angustia que me ha causado esta injusta y retorcida persecución de la Hacienda española terminó afectando mi vida profesional. Vinieron a vencerme emocionalmente. Lo que otros competidores no pudieron. Hace un año y medio, a finales de junio de 2021, ya retirado de las competiciones, por fin vi la luz. El Tribunal Económico Administrativo Central falló a favor de mi abogado respecto de los años 2013, 2014 y 2015. Una sentencia firme canceló las operaciones que me habían sido impuestas indebidamente. Y por supuesto me devolvieron el dinero que había adelantado. Sin embargo, no hubo compensación por los daños causados, ni disculpas, públicas o privadas, cartas o llamadas telefónicas. Nada».

Lorenzo concluye: “Los impuestos son necesarios y si el dinero está bien gestionado por la Administración (que no siempre es así), contribuir es un orgullo. Pero lo que también es innegable es que los impuestos hay que pagarlos vivas donde vivas. Hacienda española se lanzó a la caza de brujas y pensó que había encontrado un chivo expiatorio. Se equivocaron – concluyó el piloto mallorquín -. Por supuesto, nadie me devolverá las noches de insomnio o la paz que necesitaba para concentrarme en las carreras».