Mundial 2022, hoy Marruecos-España: porque no es solo un partido de fútbol

La rivalidad entre ambos países tiene más de mil años y va mucho más allá de la cancha. De la invasión de la Península Ibérica a las tensiones por Ceuta y Melilla, la complicada relación entre ambos países, hoy protagonistas de los octavos de final en Qatar

El de España-Marruecos no es sólo un octavos de final, además inédito a nivel mundialista. Saliendo del campo, cara a cara en Doha, Qatar, se encuentran dos países que tienen a sus espaldas una rivalidad milenaria y que aún hoy viven tensiones y problemas en la piel, ligados principalmente a los enclaves de Ceuta y Melilla.

Un choque que tiene 1.300 años de historia

Para rastrear el origen de las hostilidades hay que retroceder en el tiempo unos 1.300 años, cuando Marruecos, o mejor dicho el califato omeya, la dinastía árabe que controlaba las tierras bereberes, conquistó toda la península ibérica. Una presencia aún hoy evidente, en el patrimonio cultural y artístico que España heredó de los moros. Pero ciertamente no fue indoloro ni mucho menos, y como no podía ser de otra manera, aceptado voluntariamente (SKY TG24 WORLD CUP SPECIAL – FULL SCHEDULE – SEGUNDO CUARTO – CANCIONES OFICIALES).

Allá reconquista y la represión de los musulmanes

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Los cristianos tardaron siglos en completar la reconquistacon dramáticas consecuencias, comenzando en 1492 con una de las peores persecuciones religiosas de la historia, con Isabel de Castilla y Tomás de Torquemada que, al frente de la Santa Inquisición, obligaron a musulmanes y judíos a convertirse al catolicismo para no acabar siendo víctimas de tortura y asesinato.

Tensiones en torno a Ceuta y Melilla

Insatisfechos, los españoles tomaron Ceuta y Melilla en territorio marroquí para controlar las Columnas de Hércules por ambos lados y aún hoy defienden los dos enclaves con muros y alambre de púas para mantener alejados a los inmigrantes. A Marruecos, por decirlo suavemente, no le gusta ver la bandera española en dos lugares que considera de su propiedad, y mucho menos ser atravesado por grupos de inmigrantes que, al no poder cruzar la frontera, acaban acampando a las afueras de las ciudades marroquíes en precarias condiciones. . España, por su parte, no tiene intención de ceder. Por tanto, es difícil reducir el partido de hoy a un simple partido de fútbol.

Martita Bailon

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