Tecnología de la antigua Persia para refrescar Sevilla

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Sevilla, capital de la región de Andalucía en el sur de España, es una de las ciudades más calurosas de Europa, con temperaturas que frecuentemente alcanzan los 40 grados en verano. Las autoridades locales han buscado durante mucho tiempo soluciones a las complicaciones causadas por un mayor aumento de las temperaturas debido al calentamiento global. Entre ellos se encuentra la recuperación de qanatuna tecnología desarrollada en la antigua Persia hace más de 1000 años y que luego se extendió a otros países caracterizados por un clima particularmente seco.

LA qanat persa era una serie de túneles verticales en forma de eje conectados por una alcantarilla de suave pendiente. El canal generalmente partía de un acuífero y permitía transportar agua a grandes distancias, utilizando la fuerza de la gravedad, sin perder gran parte de ella por evaporación.

Este principio fue retomado y actualizado por los ingenieros que desarrollaron el proyecto. Cartuja Qanat de Sevilla: el objetivo ya no es transportar agua, sino utilizarla para refrigerar gran parte de un barrio y quizás, en el futuro, de la ciudad. La alcantarilla transportará agua fría, un sistema de persianas verticales permitirá que el aire fresco llegue a la superficie, creando áreas naturalmente enfriadas.

El proyecto del Ayuntamiento de Sevilla, dotado con cinco millones de euros y financiado por cuatro por la Unión Europea, retoma y mejora una experiencia ya probada en Sevilla para laExposición 1992. En comparación con cuando el agua se bombeaba y enfriaba parcialmente con combustibles fósiles, todo el proceso ahora será alimentado por fuentes renovables. El espacio sobre el que se construirá será el mismo, que quedó poco utilizado tras la finalización de la Exposición y que ahora está destinado a convertirse no solo en un lugar de reunión sino también en la sede de determinadas empresas.

Esta parte de la Isla de la Cartuja, la franja de tierra entre el río Guadalquivir y el Canal de la Cartuja, se renovará no solo con la nueva qanat, pero también con cubiertas para el anfiteatro, protección solar, sistema de agua vaporizada, arbolado nuevo y un soterramiento de dos metros de la plaza central, para protegerla de las corrientes de aire caliente. Según el proyecto, todas estas medidas supondrán un descenso de las temperaturas de 10 grados y se trabajará hasta los 41 grados «en el exterior».

Se espera que el trabajo en el proyecto esté completo en octubre y el nuevo qanat también se probarán en una de las principales calles de la ciudad, la avenida de la Cruz Roja, con «islas de alivio» del calor. Por ahora, esta es una solución limitada a unas pocas áreas definidas de la ciudad, y por sí sola no puede resolver los problemas climáticos de Sevilla. Pero si los resultados están ahí y los costes son sostenibles, la administración ha manifestado su intención de ampliar la red de qanat en otras áreas también.

Paralelamente, el Ayuntamiento está llevando a cabo otra serie de medidas encaminadas a reducir las temperaturas, entre las que destacan la instalación de fuentes públicas, el cubrimiento de calles y plazas con toldos solares, el aumento del número de árboles (se plantarán 5.000 al año ) y el uso de materiales de construcción capaces de reflejar los rayos del sol.

Loída Galiano

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